Veo Telecinco.

motivación,paradojas,television

Veo Telecinco. Historia de una paradoja.

Creo que este va a  ser mi último artículo en este fantástico Periódico Digital de RRHH. No creo que quieran seguir contando conmigo después de lo que voy a anunciar. Es posible que mis amigos vayan a descubrir una parte oscura y miserable mía. Papá, mamá, os lo he estado negando toda la vida. Lucía, tú confiaste en mí para la formación, lo siento. Cariño, vida mía, sí lo tengo que decir,  aunque tus amigas no te vuelvan a hablar. Es un peso que llevo dentro muchos años, tantos como temporadas de Gran Hermano se han hecho. Bueno, allá voy …

Yo veo TELECINCO (silencio) (¿hola?, ¿estáis ahí?)(ups)(bueno, sigo…)

Pero no lo veo de una forma accidental, no, lo hago de forma premeditada. Espero ansioso a que empiece Supervivientes con Jorge Javier, me hago palomitas viendo el DeLuxe, disfruto con la Milá a saco con los concursantes de GH, me parto con quien quiere casarse con mi hijo, con mi madre o con mi perro. La comida en soledad la comparto con MYHYV… jajaja! Siiii! (querido lector, es posible que no sepas lo que significan esas siglas, lo entiendo)  ….Y QUE LO SEPÁIS TODOS, SOY BELENISTA!!!

Ufff! Ya está, ya lo he dicho. Esta es la historia de una paradoja. Esas paradojas, esas contradicciones que todos, por humanos, tenemos. Y eso me hace feliz, porque me da mucha amplitud de miras y, paradójicamente, me hace más libre. Porque disfruto mi vida de una manera holística, global, sin prejuicios ni restricciones, y lo hago de una manera natural y con mucho sentido del humor.

Se trata de ver las cosas con perspectiva, a distancia, sin implicarse mucho, disfrutándolo. Es como cuando los abuelos disfrutan de sus nietos, consintiendo, porque no recae en ellos la responsabilidad total de la educación. Pues eso. Que para mí un buen Viernes es ese que, después de cenar y  acostar a mi hija Bruna, me como una bolsa de Lacasitos con mi mujer, partiéndome con el Matamoros, la Bollo y la Benito … ¡qué fuerte Sergio lo que estás contando!

Se trata de esas paradojas que te dan la vida, porque me gusta correr, la vida sana y la comida basura, porque adoro leer y ver la tele,  porque escucho a Morrissey y a Jose Luis Perales, porque adoro Formentera y flipo en Benidorm,  porque vendimio y no me gusta el vino.

Paradoja es una figura retórica que consiste en dos conceptos que, en principio, parecen imposibles de concordar, pero prefiero vivir en una paradoja constante a tener que elegir y vivir solamente por la mitad. Eso no quiere decir que en la elección no esté la felicidad, o que la felicidad sea la mía, en absoluto. Pero sí quiere decir que en la paradoja hay mucha más libertad de acción, porque en la paradoja  las verdades absolutas se debilitan, y te dan la posibilidad de poder leer al singular Haruki Murakami y desengrasarte con algo tan populista como un libro de Ken Follet.

Y por si quedaba alguna duda de mis miserias sensitivas decir que me encantó Armagedon, que fui, en mi lamentable adolescencia, del club de fans de Leticia Sabater, que me casé en Las Vegas con una camiseta Hawaiana, que fui Tuno y que odio, por encima de todas las cosas, el puto brócoli.

Debemos ser felices los lunes por la mañana, aún con más fuerza. Más paradoja.  Debemos disfrutar del desempleo y del completo empleo de igual forma. El otro día hablando con mi buen amigo, coach y psicólogo Pascual Benet (www.pascualbenet.com) me dijo algo que me encantó. “Sergio, tengo momentos en mi vida en que soy sumamente feliz porque lo tengo todo: amigos, familia, salud, … lo tengo todo. Me falta trabajo, tengo todo lo demás”.  Eso es la paradoja. Ni la falta de trabajo ni el tenerlo le va a dar la felicidad, porque Pascual lo tiene todo. Claro, tiene todo el trabajo del mundo. Se lo merece. Pero la paradoja es cómo él entiende su vida, y es genial.

Vivimos en un mundo de paradojas constantes, no nos cerremos en pensamientos estancos e inamovibles, demos oportunidad a nuevas perspectivas, saquemos jugo a cada una de las oportunidades que se nos presentan, incluso a las negativas, eso es lo paradójico. Y sobre todo y ante todo, tomémonos con humor nuestro entorno, nuestra realidad, porque nada, absolutamente nada, es más importante que nuestra propia felicidad, y así es una buena manera de conseguirla.

Espero poder contaros algo más en 15 días, aunque después de lo de Leticia Sabater igual ya no me dejan, lo entendería señor director…

Escrito por:

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimos artículos

Sobre mí

Soy Sergio Ayala Climent, conferenciante profesional sobre motivación, actitud, innovación, diferenciación y resiliencia. Si te gusta lo que lees y necesitas un ponente para tus eventos o para tu empresa, no dudes en contactarme.

CategorÍAS

Tags

motivación,paradojas,television

Sígueme en redes

Galería